“No puedes superar la dislexia, puedes esforzarte para que funcione a tu favor, pero nunca se irá. Y esto es probablemente algo bueno, porque si se fuera la dislexia, también se irían los dones asociados a ella”.
Beryl Benacerraf, reconocido médico radiólogo.
La dislexia es una Dificultad Específica de Aprendizaje (DEA) de origen neurobiológico, caracterizada por la presencia de dificultades en la precisión y fluidez en el reconocimiento de palabras (escritas) y por un déficit en las habilidades de decodificación (lectora) y deletreo. Estas dificultades son consecuencia de un déficit en el componente fonológico del lenguaje y se presentan de manera inesperada ya que otras habilidades cognitivas se desarrollan con normalidad y la instrucción lectora es adecuada. IDA, 2002; Lyon, Shaywitz y Shaywitz, 2003.
Tradicionalmente la dislexia se ha definido por los déficits en el lenguaje escrito, pero existen estudios actuales que también se han centrado en las fortalezas detectadas en las personas con dislexia. Por ejemplo, un estudio del Cass Business School de Londres observó que el 20% de los empresarios del Reino Unido y el 35% de los fundadores de empresas en los Estados Unidos tienen dislexia. Algunos emprendedores con mucho éxito tienen dislexia como el chef Jamie Oliver o el fundador de Ikea, Ingvar Kamprad, o Richard Branson fundador de Virgin Group.
Las personas con dislexia son creativas, intuitivas, con un pensamiento “out of the box”, por lo que tienen habilidad para plantear soluciones novedosas, innovadoras.